Soy uno de esos que no ha parado quieto. Desde bien pequeño, porque mi familia se mudó de Écija a Lucena cuando yo apenas tenía 14 meses. Allí pasé mi infancia y adolescencia, pero fue terminar el bachiller y viví en Sevilla, en Córdoba, en Linares y en Madrid.

Fue allí donde acabé la carrera de ingeniería de minas y, de inmediato, entré en el mundo de las multinacionales. Con eso llegaron nuevos traslados, primero a Mendoza (Argentina), donde mi familia y yo pasamos tres maravillosos años, después otros tres en Barcelona, haciendo allí grandes amigos y, más tarde, en Segovia.

Desde hace unos años, mi familia se asentó en Madrid, pero yo he trabajado entretanto en París y Milán, en puestos que me obligaban a viajar por todo el mundo.

Y en esta agitada vida, nunca he dejado de escribir. De pequeño cuentos, alguna poesía, alguna canción,...

Un día me animé a escribir una novela y, desde entonces, busco cada momento de descanso para enfrascarme en mis historias.

Estoy casado con Carmen, con quien pienso envejecer, y tengo tres estupendos hijos, Alberto, Ana y Antonio.